Carlos del Pozo

La vida en una página

La mala Estrella

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En 2018, un estupendo reportaje de Antonio Lucas en El Mundo nos descubrió a Juan Martín y Sinforosa, dos octogenarios que eran los últimos habitantes de La Estrella, una pedanía de Mosqueruela, en la comarca del Maestrazgo turolense. Un pueblo que en su día llegó a registrar 300 habitantes, con iglesia, escuela, taberna, médico y hasta un cartero que cada día llevaba a pie la correspondencia tras salvar los escarpados montes por los que se accedía a la localidad. En el momento del reportaje de Lucas tan solo quedaban en La Estrella ellos dos, que hasta diez años antes no tuvieron servicio de luz eléctrica y que desde siempre bebían del agua de la fuente y lavaban las ropas con ese mismo agua en el lavadero. Ni que decir tiene que tampoco sabían lo que era un teléfono; el fijo resultaba una quimera y para uno móvil carecían de cobertura, aunque algún visitante ocasional había conseguido tenerla en un rincón del cementerio, que yo creo que es un lugar poco apto para conversaciones que puedan alterar el descanso de los muertos.
Juan Martín y Sinforosa vivían entonces de la miel que producían y comían lo que les daba un pequeño huerto y unas gallinas que correteaban por las calles abandonadas de la pedanía. Se calentaban en los inviernos más duros -una tautología: nunca hubo por allí inviernos menos duros- con la leña que cortaban, que también utilizaban para cocinar. Decían que allí estaban seguros, que donde tendrían más miedo es en ciudades como Teruel o Castellón, las capitales más próximas a La Estrella. Y para desplazarse al pueblo más cercano para comprar alimentos que no producían lo hacían a lomos de un viejo Land Rover.
Tal vez ese detalle hizo que ese mismo año, en la campaña de navidad, la famosa firma de coches se desplazara a La Estrella para filmar un anuncio. En él aparecieron Juan Martín y Sinforosa con el pueblo engalanado con lucecitas navideñas y su viejo Land Rover. El anuncio acababa con una frase:
Queríamos llevar la Navidad a Juan y Sinforosa, pero al final el regalo nos lo hicieron ellos.
Ahora, cinco años después, nos hemos enterado de que Juan Martín y Sinforosa abandonan definitivamente La Estrella. Nonagenarios ambos, han cedido a las reiteradas peticiones de su hijo Vicente y se han ido a vivir con él a Villafranca del Cid, en la provincia de Castellón. Con unas pésimas comunicaciones y veinte kilómetros de pista forestal para acceder a la pedanía, constituía un grave riesgo seguir viviendo allí. En 2021, durante el temporal Filomena quedaron incomunicados varias semanas.
Vicente, el hijo de
Juan Martín y Sinforosa, fue el último niño que nació en La Estrella, pero de eso ya hace cincuenta y cuatro años. Sinforosa, en el reportaje de Antonio Lucas de 2018, ya dijo que el pueblo moriría con ellos dos. Y el vaticinio se ha cumplido. Ahora hay otros cien pueblos de la provincia de Teruel en riesgo de despoblación, que se añaden a las docenas de ellos totalmente deshabitados. Y nada parece que se pueda hacer frente al vertiginoso avance de esta lacra.